Decidimos salir fuera, ya que como estaba lloviendo un poquito, quizás podríamos olerla.
Todos traíamos botas de agua, con lo cual ya sabían que el salir iba a ser divertido... Y es que ¿Hay algo más divertido que poder saltar en un charco?
Si algo me propuse en al comienzo de este Proyecto, fue quitarme los miedos a que la clase se llene de agua, a que los niños se manchen, a que disfruten con algo que a esta edad es imprescindible experimentar, tanto el agua como la arena...
Salimos e intentamos oler la lluvia:
A qué huele- pregunte- y alguno dijo a aire seño, no a tierra mojada... Era verdad, olía a tierra mojada... Pero la realidad la descubriríamos cuando llegasemos a la clase... Ahora era tiempo de disfrutar con los charcos.... ¡¡¡¡¡YUJUUUUUUU!!!!!¡¡¡¡QUÉ DIVERTIDO!!!!
Al llegar a la clase descubrimos otra cualidad del agua: ES INODORA
Que poco necesitan para divertirse a lo grande, un charco y unas botas de agua!!!
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