Ahí están nuestras ovejitas, metidas en su redil. Nuestro Belén viviente resultó precioso, aunque todo es mejorable y poco a poco cada año se hará mejor. Por lo general todo el mundo quedó contento con nuestro trabajo, aunque la nota negativa fue que los niños-as de 3 añitos tuvieron que estar mucho tiempo durante los dos primeros turnos, ya que ambos se juntaron. El tercer turno fue mucho más controlado en cuanto a la entrada de la gente, ya que nuestro jefe de estudios fue cortando las filas y resultó mucho mejor para los más pequeños. Los escenarios y la puesta en escena ¡SENCIONALES!